jueves, 3 de julio de 2008

“LOS 4 PILARES DE LA EDUCACIÓN APLICADO A LA EDUCACIÓN DE CHILE: UNA REFLEXIÓN”

En la actualidad, la humanidad está más consciente de las amenazas que pesan sobre su medio ambiente natural, pero a pesar de eso todavía no se ha dotado de los medios para remediar esa situación. Frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación constituye un instrumento indispensable para que la comunidad humana pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social. Empero, ¿cómo pueden las políticas de la educación ayudar a confrontar dichas amenazas? Las políticas educacionales pueden desafiar las dificultades de la sociedad, puesto que la educación genera las características que componen el núcleo del desarrollo de las personas y las comunidades, la educación tiene la misión de permitir a todos, sin excepción, hacer fructificar todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que implica que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su proyecto personal.

Para lograr este objetivo, es necesario el desarrollo de una óptima calidad de educación, es decir, debe estructurarse en torno a cuatro pilares fundamentales en la educación, que son aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser, y además deben desarrollarse las cuatro actividades de forma paralela, pues si falla o falta una de ellas la educación entregado y/o recibida no es la adecuada… en cuanto a esto, ¿qué es lo que sucede en nuestro país? ¿La educación entregada y/o recibida se basa en los cuatro pilares de la educación? ¿Podemos modificar la cultura de los estudiantes Chilenos a partir de los pilares de la educación? ¿Y, si se cambia la mentalidad de la gente, seríamos un mejor país?

Si bien la educación chilena se preocupa porque los niños aprendan a conocer y aprender a hacer, es fundamental que además de eso se les integre otro tipo de conocimiento, y, esto es precisamente que aprendan los otros dos pilares, ya que el aprender a conocer implica sólo comprender el mundo que la rodea, al menos tanto como sea necesario para que puedan llevar sus vidas con dignidad, desarrollar sus habilidades para el trabajo y comunicarse con otras personas. Y, por otro lado el aprender a hacer está estrechamente relacionado con la capacitación para el trabajo. Por lo tanto, si los niños sólo se rigen por esas dos conductas, entonces lo único que lograrán formar son niños adoctrinados a reproducir el aprendizaje adquirido, sin capacidades de análisis, solución de conflictos o desarrollo autónomo cognitivo.

Para dar solución a este problema, es necesario que a los niños y jóvenes estudiantes de este país se les enseñen los otros dos pilares de la educación, puesto que de esta manera serán competentes para adquirir y optimizar las capacidades que complementan su intelecto. Quiero decir, en otras palabras, que si a los niños se les enseña a aprender a convivir, ya que la violencia domina con demasiada frecuencia la vida en el mundo contemporáneo; y aprender a ser, lo que habilitaría a todas las personas para "ser capaces de resolver sus propios problemas, hacer sus propias decisiones y asumir sus propias responsabilidades"; éstos no serían solamente buenos instrumentos educacionales y profesionales sino que también personas formadas con valores que le permitan el progreso a la comunidad humana que de veras lo necesita.

Si se aplican estos cuatro pilares fundamentales, entonces el futuro de los jóvenes sería una experiencia personal exitosa. Más que educar a los niños para una sociedad determinada, el desafío será asegurar que cada uno tenga los recursos personales y las herramientas intelectuales necesarias para comprender el mundo y comportarse como un ser humano responsable y bien intencionado. Más que nunca antes, la tarea esencial de la educación parece ser asegurar que todas las personas gocen de libertad de pensamiento, juicio, sentimientos e imaginación parta desarrollar sus talentos y controlar todo lo que puedan de sus propias vidas.

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